miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pozo, Juan Ignacio, Carretero, Mario; “Desarrollo cognitivo y aprendizaje escolar”

Los adolescentes logran es establecer con su entorno no solo tipos de relaciones afectivas sino también nuevas formas de relaciones intelectuales, una comprensión distinta de los fenómenos físicos o sociales y una mayor autonomía y rigor en su razonamiento. La adolescencia trae consigo profundos cambios físicos, forma de interactuar con las demás personas, además el acceso a nuevas formas de pensamiento. Este nuevo modo de pensar en la adolescencia recibe el nombre de pensamiento formal, que caracteriza al estudio del mismo nombre, el estudio de las operaciones formales.
Se describe a continuación un repaso de la evolución de los diferentes estudios sobre el pensamiento formal.

Características generales del pensamiento formal

Según Inhelder y Piaget, entre los 11-12 y los 14-15 años, se desarrollan y se consolidan a partir de las operaciones concretas y presentes, las llamadas operaciones formales. Estas operaciones se caracterizan por formar parte de estructuras lógicas más complejas y elaboradas que las operaciones concretas.
Existe otro tipo de rasgos característicos del pensamiento formal, que representan formas, enfoques o estrategias para resolver problemas:
-Lo real es concebido como un subconjunto de lo posible; es decir que, un adolescente enfrentado a un problema, éste es capaz de tener en cuenta no solo los datos reales presentes, sino también los potenciales.
-Carácter proposicional. El adolescente esta trabajando intelectualmente no solo con objetos reales, sino con representaciones proposicionales de los objetos. El vehículo para estas representaciones suele ser el lenguaje. Es decir que puede sustituir algunas conclusiones de razonamiento por expresarlo verbalmente.
-Uso del pensamiento hipotético-deductivo. Los adolescentes son capaces de comprobar sistemáticamente el valor de cada una de las hipótesis que se le ocurren (denominado control de variables).
Sin embargo, Inhelder y Peaget (1955) identifican ocho esquemas operacionales formales. entre esos esquemas se hallan la combinatoria, las proporciones, las compensaciones multiplicativas, el equilibrio mecánico o las correcciones.
Según la posición piagetiana clásica, hace otras afirmaciones con respecto al desarrollo del pensamiento formal, que se puede resumir de la siguiente manera:
-Las operaciones formales constituyen el último estudio en el desarrollo intelectual.
-El pensamiento formal es universal.
-El pensamiento formal es uniforme y homogéneo.
-El pensamiento formal atiende a la estructura de las relaciones presentes en los objetos.
Un modelo con estas características tiene implicaciones muy claras para la práctica educativa con adolescentes. Donde apunta a que la labor del educador sea cual sea su disciplina, debería ser, la de ayudar a que ese pensamiento alcance un desarrollo pleno.

Estudios descriptivos sobre el pensamiento formal

Durante una larga época, las investigaciones sobre el desarrollo intelectual de los adolescentes, consistían en intentos de replicar la obra de Inhelder y Piaget (se utilizaban las mismas tareas y procedimientos de la obra original). El propósito de estos trabajos era, ante todo descriptivo.
Las réplicas a dicha obra, era que el pensamiento formal distaba mucho de ser universal. Además no constituía una estructura de conjunto. De esta forma, se mostraba que los adolescentes y los adultos tenían un pensamiento que no solo era formal sino que también atendía a los contenidos.
Ya que, los adolescentes no usaban espontáneamente el pensamiento formal, entonces había que enseñarles a hacerlo. De esta forma, surgieron diversos proyectos con el objetivo de conseguir que los alumnos llegasen a razonar formalmente, así, el pensamiento formal, como último estudio del desarrollo, se convertía en objetivo educativo.

Perspectivas actuales sobre el pensamiento formal


La investigación realizada en los últimos años, no se sigue contrastando empíricamente las teorías de Piaget sino que se busca explicar las divergencias del pensamiento formal en el adolescente. Una parte de estos trabajos con objetivo expresivo muestran que mediante estrategias de instrucción muy simple e incluso por práctica repetida con la tarea, adolescentes que inicialmente no usan el pensamiento formal pueden llegar a usarlo. De hecho, en algunos casos entre los adolescentes había un “pensamiento formal latente” que con práctica podía hacerse “patente”. Pero lo que puede suceder, es si un adolescente o un adulto, se enfrentase a un problema, no se lograría aprovechar todas sus habilidades o competencias, por lo que su rendimiento formal o actuación, dista mucho de sus posibilidades. Por tanto, la distancia entre la competencia y la actuación viene determinada por una serie de variables. Estas variables pueden clasificarse como variable del sujeto que resuelve el problema y variables de la tarea planteada. Las variables del sujeto influyen en el uso del pensamiento formal además del rendimiento académico.
El adolescente puede razonar formalmente con respecto a un tema pero no con respecto a otro, dependiendo todo ello de sus expectativas o ideas previas sobre uno y otro. La importancia de de estas ideas previas en el ámbito escolar es enorme.

Cuatro afirmaciones revisadas

Inhelder y Peaget, suponían que los adolescentes poseen un pensamiento ya plenamente maduro y semejante al de los adultos, sin embargo los datos actuales muestran que el pensamiento adolescentes esta lejos de alcanzar un desarrollo pleno.
No obstante, puede decirse que existía una leve pero clara diferencia entre los preadolescente (11-13 años) y los adolescentes (14-15 años) en la facilidad de acceder al pensamiento formal.
-El pensamiento formal no es un rasgo universal ni entre los adolescentes ni entre los adultos. De hecho las actividades escolares bien organizadas y estructuradas favorecen el acceso al pensamiento formal.
-El pensamiento formal no constituye un sistema de conjunto sino que diversos esquemas pueden adquirirse por separado.Las influencias del contenido en el pensamiento formal tiene especial importancia con respecto al análisis psicológico de los aprendizajes escolares, porque la solución de tareas formales esta muy influida por las ideas previas que se tengan. En este sentido, resultan útiles e interesantes las diversas “taxonomías” de conceptos científicos en las que se establece su grado de dificultad, en relación con los diversos estudios del desarrollo cognitivo. De este modo se deriva la imposibilidad de convertir los rasgos del pensamiento formal en objetos educativos. Más bien es necesario favorecer en los adolescentes el uso del pensamiento formal en áreas de conocimiento específico, con la conciencia de que para que el alumno domine esas áreas.

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